¿Cuáles son los riesgos de una punción lumbar? Procedimiento, preparación y posibles efectos secundarios.

La punción lumbar es un procedimiento que produce molestia o dolor por la punción de la piel y los tejidos blandos. La intensidad del dolor que el paciente percibe puede ser variable de unas personas a otras, al igual que el miedo o nerviosismo que puede generar someterse a la punción especialmente cuando es por primera vez.

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¿En qué consiste una punción lumbar? ¿Cuáles son los riesgos y cómo podemos reducirlos?

Es necesario quedarse en ayunas al menos 8 horas antes para evitar el riesgo de aspirar líquidos o alimentos del estómago durante el procedimiento. 

Antes de empezar y durante todo el procedimiento se vigilan las constantes vitales del paciente para comprobar que el grado de sueño y relajación es el adecuado. Deberás colocarte tumbado sobre un costado en posición fetal. Tras desinfectar y localizar la zona a puncionar, introducimos la aguja en el espacio entre las vértebras lumbares y recogemos varias muestras de líquido cefalorraquídeo para posteriormente analizarlas. Si se trata de una punción terapéutica, tras recoger el líquido que cae gota a gota (unos 2-3 ml) conectamos la aguja a la jeringuilla que contiene la quimioterapia y la administramos lentamente. El procedimiento completo de sedación y punción lumbar suele durar unos 10-15 minutos, y al despertar el paciente suele encontrarse relajado y no presenta dolor. La zona de punción se tapa y protege con un apósito o tirita grande que debes mantener durante 24 horas sin que se moje. No es necesario que te quedes hospitalizado después de realizar la punción lumbar, pero deberán pasar unas horas hasta que estés bien despierto para poder empezar a tomar líquidos y comer con normalidad. 

La punción lumbar es una prueba que realizamos con mucha frecuencia y, en general, es un procedimiento seguro que no tiene muchas complicaciones. Algunos posibles riesgos son:

  • Sangrado: es raro que al pinchar haya sangrado, y en todo caso suele ser muy escaso y se resuelve rápido comprimiendo la zona. El riesgo es mayor en los pacientes que tienen problemas de la coagulación o cifras de plaquetas bajas, por eso algunas veces puedes recibir una transfusión de plaquetas antes de hacer la punción.

  • Dolor: después de realizar la punción puedes presentar molestias en la zona, que generalmente son poco intensas y se controlan bien con analgésicos habituales en casa. 

  • Dolor de cabeza y vómitos: en ocasiones pueden aparecer en los días siguientes a realizar la punción por el cambio de presión que se produce al extraer líquido cefalorraquídeo. A esta complicación la llamamos síndrome post-punción. Podemos reducir el riesgo de que aparezca intentando extraer la mínima cantidad posible de líquido, equilibrando la cantidad de líquido que extraemos y la cantidad de quimioterapia que introducimos, y teniendo algunos cuidados especiales después de realizar la punción: permanecer tumbado durante 2-3 horas después de realizarla, no realizar actividades bruscas o exceso de esfuerzo en los días siguientes y manteniendo una buena ingesta de líquidos.

  • Infecciones en la piel donde realizamos la punción o del propio sistema nervioso central: tienen mayor riesgo las personas con una inmunidad afectada, pero reducimos el riesgo desinfectando bien la zona donde vamos a pinchar.

Debes consultar con tu enfermero o médico si en los días siguientes a realizar la punción lumbar tienes fiebre, sangrado o salida de líquido claro por el punto de punción, hinchazón o enrojecimiento importante en la zona, dolor de cabeza intenso o muchos vómitos.

Dra. Maitane Andión Catalán

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