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Hábitos dietéticos tras la finalización del tratamiento oncológico

Uno de los principales objetivos una vez finalizado el tratamiento oncológico es poder retomar el día a día  y las actividades cotidianas previas al diagnóstico. No obstante, es habitual que uno se plantee cómo puede mejorar su estilo de vida para que sea lo más saludable posible. Una buena alimentación ayudará a reparar tejidos, y recuperar energía y fuerza, contribuyendo a mejorar el estado de salud en general.

La mayoría de los problemas relacionados con la alimentación desaparecen una vez finalizados los tratamientos oncológicos. Sin embargo, en algunos casos es posible que persistan algunos síntomas de recuperación más lenta. Si es así, puede consultar con su equipo médico para que le proporcione unas recomendaciones más específicas.

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¿Qué debo comer al finalizar el tratamiento?

No existe una dieta concreta para después del tratamiento del cáncer. Las recomendaciones dietéticas para los supervivientes del cáncer son similares a las recomendaciones para la población general. Lo más importante es mantener un estilo de vida saludable, junto con una alimentación equilibrada en nutrientes, lo más variada posible en sabores y texturas, y priorizando los productos de proximidad. El patrón alimentario basado en la dieta mediterránea puede ayudar a conseguir un consumo de alimentos saludable y equilibrado, que contenga todos los grupos de alimentos y asegure todos los nutrientes necesarios.

Puntos clave para tener una buena alimentación después del tratamiento oncológico

1. Asegúrate el consumo de 5 raciones de fruta y verdura a diario. Es fundamental el consumo de dos o tres raciones de fruta al día, e incluir verdura, tanto cruda como cocida, ya que estos alimentos son la fuente principal de vitaminas, minerales y fibra.

2. Escoge alimentos con alto contenido en fibra como cereales integrales, legumbres, frutas y verduras.

3. Limita el consumo de carnes rojas, así como de carnes procesadas. Prioriza opciones de carnes magras y pescado.

4. Escoge productos lácteos bajos en grasa. Los lácteos forman parte de la dieta mediterránea y se recomienda un consumo diario, siempre seleccionando aquellos de menor contenido en grasas o desnatados.

5. Reduce el consumo de alimentos ricos en azúcares añadidos, grasas saturadas y sal, evitando alimentos de pastelería industrial, snacks fritos, comidas precocinadas y refrescos azucarados.

6. Prioriza preparaciones sencillas y cocciones con poca grasa, tales como hervidos, a la plancha, al horno, al vapor, etc.

7. Evita el consumo de alcohol. En caso de consumirlo, limita a 1 bebida al día para las mujeres y a 2 bebidas al día para los hombres.

8. Garantiza una buena hidratación. Asegura el consumo de 1,5 a 2 litros diarios de agua.

9. Mantén un peso dentro de un rango saludable. Es posible que durante el tratamiento oncológico hayas ganado o perdido peso. El objetivo actual es mantenerse en un peso saludable, evitando el sobrepeso y la obesidad.

10. Realiza ejercicio físico de forma regular. Esto puede ayudarte a acelerar la recuperación y mejorar la sensación de bienestar.

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Laura Hurtós Vergés. Dietista-Nutricionista Clinica

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